Los nuevos amos de Ucrania


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El tono paternal y conciliador de los dirigentes occidentales hacia las nuevas autoridades de Ucrania se sitúa en los antípodas de los valores humanistas y democráticos que predican a los demás países del mundo. Una incómoda impresión de déjà vu se impone fatalmente al observador que analiza sin ideas preconcebidas la situación de este Estado, surgido como resultado de la disolución de la Unión Soviética, y la política que Occidente está imponiendo en la región. Desde ambos lados del Atlántico se lanzan declaraciones de respaldo al «gobierno legítimo de Ucrania» que ha quedado bajo el control de la pandilla de nacionalistas extremistas radicales que lo llevó al poder, a pesar de que sólo representa a una pequeñísima minoría de la población ucraniana.

Lo cierto es que lo que hoy sucede en Ucrania no es muy diferente de lo sucedido en la Alemania de los años 1930 con el ascenso de Hitler al poder. Son las mismas estratagemas políticas que en aquel entonces. Y se están imponiendo las mismas limitaciones.

El estudio minucioso de los acontecimientos actualmente en marcha y de las maniobras políticas que los acompañan permite arrojar una nueva luz sobre lo que ya sabíamos de los orígenes del nazismo en la Alemania del siglo XX.

Su ideología

Los grupos nazis ucranianos desempeñaron un importante papel en la organización del golpe de Estado perpetrado en Kiev en febrero de 2014.

El grupo que más se menciona es el que dirige Dimitri Yarosh: Pravy Sektor o «Sector Derecho». Yarosh está respaldado por los grupos paramilitares fascistoides que se autoproclamaron «fuerzas de autodefensa de Maidan». Estos individuos no se esconden para exhibir sus emblemas neonazis (la cruz celta y una versión camuflada de la cruz gamada [o «esvástica»]). Se presentan como continuadores de las formaciones de la Liga de los Nacionalistas Ucranianos de Stepan Bandera, del Ejército Insurgente Ucraniano y de la División Galizische [Galitzia] de las Waffen SS, a las que rinden culto públicamente.

El partido Svoboda [Libertad] es la vitrina política del movimiento neonazi ucraniano. Ha obtenido casi la mitad de las carteras distribuidas en Kiev por el «gobierno provisional». Su jefe, Oleg Tiagnibok, es uno de los miembros de la triada considerada como «el estado mayor de Euromaidan». En la última elección obtuvo más de 2 millones y medio de votos. Según los resultados obtenidos en la parte occidental de Ucrania ya dispone en esa región de una base electoral significativa. Según su programa, los partidarios de Tiagnibok tienen intenciones de agregar al pasaporte ucraniano una mención obligatoria sobre la procedencia «nacional» destinada a facilitar la identificación de los judíos y los moscovitas.




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