Guía para hacer frente a Ciudadanos si eres del PP


El desconcierto se ha apoderado del PP. Al soplamocos electoral se suma la desgracia de que Ciudadanos se ha convertido en una alternativa viable para los votantes del PP, hastiados de escuchar a Floriano desafiar las leyes de la lógica cada vez que se enfrenta a una pregunta complicada del Trivial. Rafael Hernando tampoco ayuda. Ni Cospedal. Y así en una sucesión de cargos populares que tiende a infinito.

La turbación es generalizada, salvo en el caso de Rajoy, que el lunes durante el Comité Ejecutivo defendió que los resultados electorales invitan al optimismo y que el líder del PP andaluz, del que nadie recuerda exactamente su nombre, es un"gran líder". Según Rajoy –y se entiende que, por extensión, según su gurú de cabecera Pedro Arriola– la suma de UPyD y Ciudadanos no ha variado demasiado respecto a hace un año, por lo que no hay mucho que temer, un análisis que recuerda a Benito Floro en el vestuario del Lleida gritando "un equipo que el año pasado estaba en Segunda B o Segunda A, ¡con el pito nos los follamos, con el pito!". Rajoy, evidentemente, no utilizó estas palabras y prefirió dejarlo en un "hay que ponerse las pilas", que es eso que se dice cuando estás preocupado lo justo para poder seguir durmiendo ocho horas seguidas.


Sin embargo, esta política tántrica que practica Rajoy no ha llevado el sosiego a sus compañeros que se preguntan cómo hacer frente a un eventual ascenso de Ciudadanos. He aquí una guía para cargos del PP que sí están alarmados con la competencia de Ciudadanos y no saben qué hacer. La recomendación de "hay que explicarse mejor" se ha obviado porque suena a "el perro se ha comido los deberes".
1. Más Nenuco y menos plazas de toros

Cuenta La Vanguardia que en la reunión del lunes, Celia Villalobos, dijo refiriéndose a Ciudadanos: “¿Cómo pueden votar a un niño que va con el pañalito y huele a Nenuco?”. Desorientados, los altos cargos del PP miran a Albert Rivera como los folkies a Bob Dylan en el festival de Newport de 1965: "¿Cómo pueden escuchar a un niño que va con guitarra eléctrica y huele a Nenuco?".

La pregunta de Villalobos es, precisamente, la respuesta. Ciudadanos huele a Nenuco; el PP huele a vertedero ilegal.

Una vez que la dirección del PP ha decidido que la corrupción es algo tan puntual como el acné en la adolescencia y que no se van a atacar las causas de esa podredumbre provocada por 18 años de financiarse ilegalmente gracias a las donaciones de las grandes empresas españolas, la única opción es disimular el mal olor. Afeitarse el bigote como Martínez Pujalte podría ser un buen primer paso, pero hay más consejos de los expertos del PP: nada de mítines en plazas de toros y pabellones, tocan los actos más recogidos; menos púlpitos y monólogos y más reuniones con asociaciones y organizaciones de todo tipo. Por resumir, se trata, como dice Javier Casqueiro, de copiar la sensación de "frescura y sensatez" de Ciudadanos.

Cuidado, tampoco hay que pasarse demasiado con el Nenuco, ya se sabe que, cuando se intenta tapar el hedor con colonia, el efecto suele ser más apestoso todavía.
2. Más España y menos números

Como algunos simpatizantes del PP llevan tiempo explicando, los resultados económicos que ha logrado el Gobierno de España en estos años podrían no ser suficientes para ganar las elecciones. O puede que el Gobierno no haya obtenido unos buenos resultados económicos y sean nefastos y por eso la gente esté enfadada, pero mejor no entremos en detalles de este tipo, porque si le damos demasiadas vueltas a la cabeza, se termina votando a Ciudadanos.

¿La gente vota solo pensando en la cartera? Visto lo visto en Andalucía, esta teoría floriana de que tan solo "falta un poco de piel" se ha derrumbado. Según el sociólogo Narciso Michavila, que va a orientar al PP en cómo hacer frente a Ciudadanos, no todo es voto económico. Luis María Anson, el Doctor Joker de Arriola, daba la lista de la compra en su artículo de esta semana: la unidad de España, los principios de derecho público cristiano, el respeto a la propiedad privada y a la sociedad de libre mercado, y la dignidad del Estado.

Sería algo así como volver a ponerse en modo Aznar pero sin estar enfurruñado todo el rato.
3. Más alcaldes y menos PP

Otro de los consejos que, según El País, se va a transmitir por parte de la cúpula del PP a las agrupaciones locales del partido es que, de cara a las municipales de mayo, hay que aprovechar la marca personal y la gestión de los casi 4.000 alcaldes que tiene el PP en toda España. Esto es una forma muy eufemística de decirlo. Por ir al grano: ¿eres alcalde del PP? Bien, pues cuanta menos gente recuerde que eres del PP, mejor. Mucha bandera del pueblo, mucha foto del alcalde, pero el logo del PP en una esquinita, por favor.

Los alcaldes más perspicaces no necesitan recibir consejos de este tipo. Es el caso de Javier Maroto, que lleva tiempo de campaña en Vitoria empapelando el tranvía y colando vídeos promocionales en el cine, y no vean lo difícil que es encontrar el logo del PP, tan complicado como encontrar a Wally en la calle Preciados de Madrid en plenas Navidades.

Ante la duda, peronismo.
4. Más críticas a Ciudadanos pero no demasiadas

Las crónicas relatan que en Andalucía muchos apoderados del PP se encontraron con interventores de Ciudadanos que resultaron ser viejos militantes populares que habían abandonado el partido rebotados con Génova. Por eso, tampoco hay que enfadarles demasiado cuando se discuta con ellos: sería como irritar a los simpatizantes que estás intentando convencer de que no te abandonen.

En esto no hay nada demasiado claro. En Madrid quieren un poco más de espíritu bélico contra Ciudadanos, mientras que, por ejemplo, en Valencia no quieren asustarlos por si los necesitaran para futuras alianzas. A la espera de que los jerifaltes del PP se decidan sobre el límite hasta el que deben llegar las críticas públicas a la formación de Albert Rivera, lo recomendable es moverse en un terreno intermedio: ni condescendientes como Susana Díaz con los moderadores de los debates de televisión, ni agresivo como Montoro en una sesión de control del Congreso.

No es descartable, en todo caso, que llegado el momento haya que activar el plan Montoro. Como con Podemos.

   Iker Armentia

Iker Armentia es periodista. Desde 1998 contando historias en la Cadena Ser. Especializado en mirar bajo las alfombras, destapó el escándalo de las ¡preferentes vascas' y ha investigado sobre el fracking. Ha colaborado con El País y realizado reportajes en Bolivia, Argentina y el Sahara, entre otros lugares del mundo. En la actualidad trabaja en los servicios informativos de la Cadena Ser en Euskadi. Es adicto a Twitter y tiene un blog: nosinmimochila.com.

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