Toma Moreno

Imagen: TVE.

Hay noticias que uno se ve obligado a leer media docena de veces y aun así resultan difícil de procesar.

La de «José Luis Moreno se querella contra una web —Bluper— de televisión por una crítica a su programa» es una de esas noticias.

Si miro en Wikipedia dice (literalmente): «Empresario famoso por ser ventrílocuo». En cambio, el propio José Luis Moreno dice que ya no quiere saber nada de la ventriloquia, que ya no es ventrílocuo (mi padre me dijo un día, viéndole con alguno de sus muñecos, «¿pero los ventrílocuos no son esos que no mueven la boca?»). ¿Debería Moreno querellarse contra Wikipedia por recordarle que fue ventrílocuo y que tenía un muñeco llamado Macario y un cuervo que ejecutaba ciertos movimientos pélvicos?

También leo en Forocoches que «José Luis Moreno es neurocirujano y habla fluidamente trece idiomas». No menciona lo de ventrílocuo. En El Economista dice que es licenciado en derecho, empresario, millonario —y sí— ventrílocuo. Se hacen eco también de su faceta deshowman y director de programas de variedades.

En otras páginas dicen que admite su bisexualidad, que un empleado le demandó por acoso (fue absuelto), que declaró en el caso Palma por un posible soborno y que su muñeco Rockefeller fue muy famoso en Italia. De hecho (y esto ya es de memoria) recuerdo cuando se dijo que había firmado un acuerdo con HBO para producir una serie sobre Hernán Cortés.

Me he limitado a reseñar aquí las cosas más o menos positivas que se dicen del señor Moreno en internet. Podría reseñar otras muchas en las que se no es tan generoso con su talento. De hecho, si lo que quiere es querellarse (cada uno tiene sus hobbies) le recomendaría que hablara con sus abogados para que se pasaran un par de días navegando por la red: les veo llevando al juzgado a dos o tres millones de personas.

Lo que sabemos es que alguien de TVE (la televisión más casposa y absurda del panorama catódico, y —me permito recordar— pagada con dinero público, suyo y mío, y de esos tres periodistas contra los que el señor Moreno ha decidido querellarse) le encargó al exventrílocuo uno de sus programas de variedades por lo que debía ser una suma muy importante. «Buenos días, señor Moreno, ¿si le damos unos millones de euros [ochocientos ochenta mil euros por programa] nos haría usted un programa de variedades?». Seamos sinceros, la respuesta lógica sería «No, por Dios, piense usted que yo me quedé en los años ochenta y los programas que hago ya eran antiguos en esa época. Llame a otro».

¿Pero cuántos de nosotros resistiríamos la llamada del oro? «Pues claro que sí, lo llamaremos La alfombra roja palace, y será un clásico, como uno de Emilio Aragón pero actualizado, con niños prodigio y muñecos y artistas absurdos. ¿Vergüenza ajena? Sin duda, jefe, no se preocupe».

He leído la crítica de Bluper, un proyecto en el que solo conozco —vía Twitter— a Juan M. Fernández, que me parece un tipo correctísimo. No hay en ella ni un atisbo de ofensa, ni nada insultante. Por no ser, no es ni malvada, y mira que era fácil. También he visto La alfombra roja palace, que es un programa inenarrable, con una realización que parece pergeñada por un señor que pasó por allí, vio luz y entró. Sin ritmo. Con unos fallos de coordinación inaceptables para un show en prime-time. Viejo, antiguo, tétrico y hasta perverso (por cutre) en su ejecución. ¿Puedo decir todo esto sin arriesgarme a una querella del señor Moreno? ¿O debería querellarme contra TVE por permitir que se gastara mi dinero en un programa tan delirante cuando se ha relegado a Informe Semanal a no-se-sabe-dónde?

Supongo que el problema real es un exceso de autoestima, no sé si del propio Moreno o de su entorno, o una inquietante falta de autocrítica que pretende solucionar ante un juez. Qué papelón para un tribunal juzgar si la opinión de un periodista ante un programa de televisión merece que este acabe restituyendo a un exventrílocuo por haber lesionado su honor.

El señor Moreno también debería saber que nuestro honor ha quedado igualmente lesionado, no solo porque tenga la peregrina idea de denunciar a unos profesionales (jóvenes y con una web que acaba de empezar) por tratar de hacer su trabajo sino por tener que aguantar que la noche del sábado, en la televisión de todos los españoles, haya que resistir un programa que no soportaría ni un solo test de calidad en un grupo de control con espectadores aleatorios.

¿De verdad tenemos que aguantar que se gasten nuestro dinero en proyectos destinados al fracaso más sonado y que encima se atrevan a denunciar a los que lo dicen en voz alta?

La alfombra roja palace es uno de los peores programas que se han visto en TVE en años, y mira que había competencia. La audiencia le dio la espalda (un penoso 5,8 %) y todos los periódicos —sin excepción— le dieron tales bofetadas («bodrio», «chapuza inenarrable», «risible», etc.) que no entiendo que no estén todos sentados en el banquillo.

Pero hay una cosa que tiene que quedar clara: no es solo el señor Moreno el que tiene que salir a pedir perdón, a decir que retira la querella y que volverá a la ventriloquia, sino que algún directivo de TVE debería aparecer con la cabeza gacha, anunciar su dimisión inmediata y disculparse ante quienes pagan los impuestos y luego ven cómo su dinero se gasta en hacer horrores que no desentonarían en la televisión rumana (y que me disculpen los rumanos).

Señor Moreno, tiene usted dos opciones: 1) irse a casa y dejar que algún profesional con conocimientos del medio tome los mandos de ese formato suyo y trate de inyectarle algo de dignidad; 2) seguir haciendo lo suyo, cobrar, y dejar de leer las críticas de internet, porque de lo contrario va a gastarse más dinero en abogados que O.J. Simpson, y todos sabemos cómo acabó O.J. Simpson.

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Publicado por Toni García Ramón

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