Cocaína en la Casa Real


Marichalar por Madrid en patinete

Habla Juan José Aizcorbe, el letrado que ha ganado a Marichalar por segunda vez un juicio: el Duque de Lugo pedía 1 millón de euros a 2 periodistas por injurias, negaba su divorcio de laInfanta Elena y haber sido consumidor de cocaína. Pero, en lugar de un informe toxicológico, presentó como testigo al doctor Fuster, cuyo testimonio fue tan vago como increíble.


 Juan José Aizcorbe

El “caso cocaína”, que afecto al entonces consorte de la Infanta Elena, que podría estar en la línea sucesoria como Jefa de Estado si prospera la reforma constitucional que permite a las mujeres acceder a la corona, ha vuelto a despertar tras la sentencia de la magistrada Carmen Viñaras. Y el relato de censuras, horrores, mentiras y falsedades de la Zarzuela del rey Juan Carlos es escalofriante. La Casa Real desmintió entonces que los cónyuges estuvieran en proceso de separación, pero finalmente la realidad ha demostrado que el matrimonio se rompió y que, en efecto, era público y notorio lo que publicaba la revista “Época” en su portada: que este alto representante de la Casa Real consumíapolvo blanco para alegrarse la vida en sus conocidas farras madrileñas y ese desenfreno iba a propiciar su ruptura matrimonial.

La polémica portada de Eugenia Hernández y Carlos Dávila

“Se formula acusación por un delito continuado de injurias graves con publicidad”, por el que Jaime de Marichalar pide 1 millón de euros de indemnización a los periodistas Eugenia Hernández y Carlos Dávila, señalaba la denuncia. Y se basaba en este desmentido de Casa Real: “Que son absolutamente falsas y carentes de base alguna, las pretendidas iniciativas, supuestamente en curso, sobre el divorcio o demanda de nulidad matrimonial ante Tribunal Eclesiástico alguno, a petición de cualquiera de las partes”. El comunicado regio añadía “que son absolutamente falsos los hechos narrados en el reportaje como supuestos de una inexistente demanda de nulidad canónica del matrimonio” indicando que “ante imputaciones de carácter injurioso, calumnioso y atentatorio al honor y a la intimidad de las personas, contenida en distintos extremos del reportaje que se desmiente, las partes se reservan la facultad de ejercitar las acciones legales”.

Elena de Borbón no se querelló contra la revista, pero sí lo hizo Jaime de Marichalar 

Lo cierto es que Elena de Borbón no se querelló contra la revista, pero sí lo hizo Jaime de Marichalar, a pesar de que pasado un tiempo y la tormenta mediática, el matrimonio efectivamente se divorció, tal y como anticipaban los dos periodistas. “La protección constitucional de los derechos de libertad de expresión e información alcanza un máximo nivel cuando la libertad es ejercitada por los profesionales de la información a través del vehículo institucionalizado de formación de la opinión pública, que es la prensa entendida en su más amplia acepción”, señala ahora la sentencia del Juzgado de lo Penal nº 13 de Madrid.

Libro nunca traducido

Y añade: “El artículo de la acusada es especulativo y menciona la posibilidad de alegar por la infanta dicho consumo de cocaína (que era un rumor del que se habían hecho eco muchos medios de comunicación desde el ictus cerebralsufrido por D. Jaime en el 2001 en diferentes blogs y páginas de internet). Es en estas circunstancias donde se produce la información que suscitaba un gran interés, cumpliendo diligentemente también ambos profesionales con su deber de comprobación (llaman a la Casa Real, revisan las noticias aparecidas y la bibliografía sobre la familia)”. El libro “Spain: Paradox of values/contrasts of confusión” de Frank A. Arencibia, editado en 2003, fue decisivo y así se menciona.


Felipe VI e Isabel Sartorius, una relación censurada

La testigo de la defensa, la periodista Paloma Barrientos, ilustró para explicar la entonces mecánica de las informaciones referidas a la Casa Real, como ésta era una mezcla de censura y mentiras que podrían acreditar hoy todos los periodistas de la época: “Tienes una información, de tus fuentes te fías y lo anuncias a la Casa Realantes de sacarla. A veces la paraban, le ocurrió a la revista “Tiempo” con (un reportaje sobre)Isabel Sartorius: mandó el artículo y le tacharon parte del texto”.


Paloma Barrientos, quizás la mejor y más rigurosa periodista del cuore en España

Luego Paloma Barrientos confirmó la versión de los dos periodistas acusados declarando: “la información del día 26/9/2008 sabía que iba a salir y ella llamó a “Época” y a la Casa Real. Le dijeron que no podían confirmar ni desmentir nada. Posteriormente, el abogado de Dña. Elenadesmintió todo, pero fue dos días después. Todo el tema estaba en la calle, se tenía conocimiento de desencuentros entre la pareja y que se barajaba el consumo de cocaína. Hay que tener en cuenta además la dimensión pública, de sobra conocida, tanto del querellante como de su entonces consorte, y del hermetismo que envolvía todo el asunto, incluso el eufemismo utilizado de “cese temporal de la convivencia”.


Los Duques de Lugo, en vísperas de su divorcio siempre negado

“Por tanto, es claro que los acusados, reputados profesionales de la información, realizaron todas las comprobaciones que racionalmente se les puede exigir. La acusación se ha limitado a proponer a D. Jaime, que declaró: “desconocer las noticias anteriores sobre este tema dadas por Mª Teresa Campos en el 2007, siempre hay rumores sobre su persona, la Casa Real no le informó de lo que iba a sacar “Época”,.., no emitió ningún comunicado, la noticia era falsa y estaba indignado, era una insidia que afectaba a su madre y a sus hijos, en esa época estaban separados pero no hablaban de divorcio, el grado de difusión de la revista podía ser pequeño pero la información la utilizaron muchos programas, dieron de comer a todos, Dña. Elena jamás dijo que fuera a alegar consumo, fue perseguido y le afectó en su trabajo”… Y la jueza concluye: “Sorprende la falta de pruebas de la acusación, que no aporta ninguna relación de llamadas a la Casa Real ni propone a S.A.R. Dña. Elena de Borbón como testigo para que fuera ella misma quien aclarara la veracidad o no de estas afirmaciones”, señala la juez en su sentencia.

Ana Mato, junto al doctor Fuster, Jaime de Marichalar y el entonces ministro de Justicia, Ruiz Gallardón

“Así, aparte de la documental aportada, la prueba en la vista oral del querellante se ha reducido a probar que no ha sido consumidor de cocaína y que no se había hablado de separación. Para lo primero propuso al doctor Valentin Fuster, que negó rotundamente “que D. Jaime de Marichalar haya consumido durante su vida cocaína”. Es difícil imaginar que, dada la edad del Doctor y D. Jaime, pudiera haberle asistido durante toda su vida. Es lógico pensar que la pareja se hubieran planteado la separación, puesto que con fecha 21 de enero de 2010 se efectuó la inscripción, en elRegistro Civil de la Familia Real, de la sentencia del procedimiento por divorcio, por mutuo acuerdo, del matrimonio del querellante y su esposa…”, concluye la magistrada. Y con ello esta historia de cocaína, mentiras y cintas de rotativa de la entonces prensa de papel…

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