La televisión del régimen de Rajoy


La televisión es la violación de las multitudes - Jean-François Revel




Que ese aparato que –como las iglesias– puedes encontrar con la misma facilidad en un poblado del Amazonas o a cuatro pasos de tu nariz no deja de ser un medio, es algo que sabe cualquiera. Que ese aparato puede llegar a ser una bendición o una maldición dependiendo de a qué intereses obedezca, también lo sabe mucha gente. Por eso resulta preocupante que, pese a todo, y por más evidente y burda que llegue a ser la manipulación, hoy las mayorías sociales sigan formándose una opinión del mundo que les rodea atendiendo a la doctrina impartida desde esos nuevos púlpitos ubicuos preñados de sermones omniscientes.

Fue el viernes cuando a las siete de la mañana en el informativo de Telecinco el presentador Roberto Fernández ‘informaba’ sobre la condena al opositor Leopoldo López en “la dictadura venezolana”. A las ocho, en la segunda emisión del matinal, cuando se supone que los que tienen que trabajar ya han salido, la dictadura desapareció y se quedó solo en “el régimen de Maduro”. Ni en esa emisión ni en las posteriores se informó de quién es este personaje que provocó cuarenta y tres muertes e incalculables cantidades de odio. Mientras tanto, en este país tan desinformado, hay quien cree que es un terrorista una de las personas que más luchó en favor de la paz y una de las que logró que hoy ya no hablemos de terrorismo en el Estado español. Arnaldo Otegi está en la cárcel en contra de cualquier lógica, pero eso no parece importar a nadie. Por contra, un auténtico terrorista como Leopoldo López, en un país a miles de kilómetros y con un océano de por medio, ha logrado que los grandes medios y partidos del régimen español se vuelquen en la condena de una condena.

Fue el miércoles cuando ocurrió esto otro en Rtve (información de Raquel Pérez Ejerique en eldiario.es):

Una reportera húngara está grabando a refugiados sirios. Propina varias patada a varios de ellos, y luego pone la zancadilla a un padre que corre con su hijo en brazos. Ambos caen al suelo. La periodista, Petra László, ha sido despedida del canal húngaro N1TV para el que trabajaba tras la evidencia de las imágenes, grabadas por otro periodista.

Sin embargo, lo que la editora del matinal de TVE, Indira García, emitió a las 6.30 de la mañana de miércoles es algo distinto, tal y como avanzó infolibre. Lo primero, la televisión pública no emite las imágenes en las que la reportera patea a varios refugiados. Lo segundo, acompaña la zancadilla con una voz en off que dice que la reportera húngara “interfiere” en el camino de varios “inmigrantes”. La pieza acaba presentando a László como víctima: “Conseguir la noticia ya le ha costado su puesto de trabajo”, cuando fue despedida por agredir a refugiados.

“No se percatan que la televisión es tal vez aún peor que la escuela obligatoria”
. Pier Paolo Pasolini

Es todos los días sin importar si es a primera hora, al mediodía o por la noche, cuando en los desinformativos de tal o cual cadena pública o privada, e incluso en los magazines matinales que conducen sonrientes, cercanas y temibles presentadoras y ‘todólogos’, se retuerce la realidad hasta dejarla irreconocible. Y es ahí, en esos medios, y no en la caduca, quebrada y subvencionada prensa escrita o en la olvidada radio, y mucho menos en los digitales de internet, desde donde se llega a las personas que, para nuestra desgracia, deciden finalmente el rumbo de los países.

Han sido todos y cada uno de los gobiernos que hemos sufrido los que han impedido que existiera algún gran medio privado disonante, y mucho menos que algún medio público fuera participado por la sociedad. Y así, aunque no sea imposible, sí va a ser muy difícil desequilibrar esta balanza trucada. Aunque nos queda la esperanza de que los medios del régimen de Rajoy sigan pendiente abajo hasta el punto en el que ni el más obtuso de los espectadores pueda obviar que han estado jugando con él.

Por Paco Bello

Comentarios