Nadie me somete, nadie me posee, yo soy mi propia profeta!



La feria de las mujeres musulmanas te enseña, además de otras placenteras prácticas, a permanecer callada y obediente, a servir a tu marido sin discutir, a no responder jamás, a aceptar la violación conyugal, a convertirte en el perro, el asno o el medio hombre que describe el Corán. A convertirte en un objeto que en la práctica no debe pensar, que debe renunciar a su status de ser humano, resumiendo: te enseñan a desaparecer.
7000 metros cuadrados dedicados a la esclavitud de las mujeres, un gran foro donde a través de talleres se desarrolla “la sumisión y el silencio”, cómo cocinar, cómo vestir (o digamos, cómo cubrirte adecuadamente), cómo comportarse con dignidad, obedecer a tu padre, tu hermano y tu marido en cualquier circunstancia. Conferencias donde los sectores islamitas difunden con total impunidad sus ideas que llaman a la violación, la discriminación y a la esclavitud moderna. Los imanes que se encuentran tras estos eventos han de ser considerados como criminales que para esconder su verdadero mensaje han rechazado la acreditación de numerosos medios de comunicación.

Dos activistas de FEMEN han acudido hoy para interrumpir esta gran feria del esclavismo, donde la feminifobia. Nuestras dos jihadis topless aparecieron en escena frente a Nader Abou Anas y Mehdi Kebir, dos representantes de la misoginia en nombre de Alá, para gritar: “Nadie puede oprimirme, nadie puede poseerme, yo soy mi propia profeta”. Las dos activistas, ambas procedentes de familias musulmanas, elevaron sus voces y a la vez la de otras mujeres, feministas, asociaciones y todas aquellas personas que se posicionan en contra de este integrismo anti mujeres.
Era nuestra responsabilidad lanzar este grito sobre la libertad en medio de este discurso de odio.

FEMEN llama a la oposición masiva a estos eventos feminióbicos integristas, y reclama una respuesta por parte de las instituciones que las permiten.

La feminifobia es ilegal!
El sexismo es un tipo de racismo.
La esclavitud moderna un crimen.
Condenemos juntas/os estos actos, y recordemosles una vez más:

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