El Corte Inglés, Zara, Cortefiel, Desigual, ejemplos de esclavitud laboral en España

La 'operación WEI' destapó en 2009 condiciones de esclavitud y explotación laboral en España
En 2009, muchas prendas de las grandes firmas de moda española eran confeccionadas en talleres clandestinos de Mataró por esclavizados trabajadores
Las empresas tienen una responsabilidad solidaria con la cadena de proveedores, contratistas y subcontratistas
 Los dirigentes de las grandes corporaciones "son personas físicas y las normas jurídicas vigentes son también obligatorias para ellos"
El 16 de junio de 2009, un impresionante despliegue de 750 Mossos d'Esquadra registraron 72 locales de confección de ropa regentados por chinos en Mataró, bastión tradicional de la industria textil catalana.

Los agentes encontraron a más de 400 personas que "trabajaban" en las pequeñas factorías clandestinas. Es decir, de lunes a domingo durante 15 o más horas al día. Dormían, comían y vivían en los sótanos, comiendo muy poco, sin higiene ni ventilación. Todo, por un salario de 25 euros al día, según informa el diario 'El País'.


Además, los Mossos hallarón muchas "etiquetas identificativas" de grandes marcas, pero no se trataba de falsificaciones como ocurre en otras ocasiones. Los códigos de barras permitieron seguir el rastro de los pedidos hasta el cliente final: "Grupos comerciales dedicados a la actividad textil, de notoria relevancia en mercados nacionales e internacionales", subrayan los informes policiales del sumario del caso Wei, sobre el que se dictó sentencia la semana pasada. 


Los dueños de tres talleres chinos han sido condenados a tres años y medio de cárcel por explotación laboral. Sólo 3 personas de las 79 que fueron detenidas en 2009.


Las marcas de moda más importantes relacionadas

Muchas prendas de las grandes firmas de moda española eran confeccionadas entonces en estos talleres clandestinos de Mataró por los esclavizados trabajadores. Lo confirma el sumario judicial de la operación Wei, informa el citado diario, que detalla una compleja cadena de subcontratas. Las multinacionales hacían los encargos a proveedores nacionales y los intermediarios, al final, desviaban producción a los talleres clandestinos.

En total, 363 marcas y mayoristas eran los clientes finales de la red. Según 'El País', hay firmas que están entre el top de la moda mundial como DesigualPunt Roma Cortefiel. Los investigadores destacan la "elevada presencia de etiquetas" en los talleres de marcas de El Corte Inglés —Easy Wear, Fórmula Joven o Hipercor— y de enseñas de Inditex, como Zara, Stradivarius, Bershka, Lefties, o Pull&Bear.

Ni El Corte Inglés ni Inditex (ni el resto de grandes grupos) contrataban directamente a los talleres clandestinos. Alegaron no saber nada. Los investigadores lograron describir con precisión un sistema de producción piramidal, "en cascada", contrata que paga a subcontrata que a sus vez vuelve a subcontratar. La cuenta se pierde entre empresas legales, intermediarios, y terceros o cuartos que asumen el trabajo a un coste de saldo y a costa de una salvaje explotación laboral.

Las empresas mandaron cartas en los que declinaban su responsabilidad y afirmaban no saber qué ocurría. Cortefiel, dice el diario, precisó que las empresas a las que encargaba los lotes hallados en los talleres "están sometidas a evaluación social" y tenían firmada "su adhesión a nuestro código de conducta".

¿Cuál es la responsabilidad de las empresas?


Pero ahora el debate está abierto ¿Tienen estas grandes empresas alguna responsabilidad sobre lo que hacen sus subcontratas? El sistema es perverso. Las grandes empresas externalizan en búsqueda del proveedor más barato, de contratas a precios irrisorios que consiguen ganar dinero sometiendo a los trabajadores, muchas veces niños, a condiciones inhumanas. Y así, en países de todo el mundo, incluso en España, según el sumario de WEI.

Sin embargo, las empresas tienen una responsabilidad solidaria con la cadena de proveedores, contratistas y subcontratistas, ya que comparten la responsabilidad por las violaciones de los derechos civiles, políticos sociales, económicos, culturales y medioambientales —al estar conectadas mediante las prácticas económicas— con las compañías multinacionales, afirman en este artículo de 'La Marea' sobre Inditex. Esta responsabilidad solidaria es una cuestión esencial, dicen, teniendo en cuenta la práctica habitual de las grandes corporaciones de externalizar costos, riesgos y responsabilidades al tiempo que obtienen grandes beneficios.

Y prosiguen afirmando además, que los dirigentes de las grandes corporaciones "son personas físicas y las normas jurídicas vigentes son también obligatorias para ellos". Concretan en el citado periódico que en materia civil y penal las legislaciones nacionales reconocen la responsabilidad de las personas jurídicas, admitiéndose la doble imputación: por un lado, es imputable la persona jurídica —pudiendo ser excluidas de cualquier contrato o subvención pública, así como multadas o, incluso, disuelta—, por otro, las personas físicas, los dirigentes, que tomaron la decisión incriminada.

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