Aquí no hay medias tintas: por un lado hay una hipocresía criminal que persigue la defensa a cualquier precio de los intereses de una minoría ultraprivilegiada, y por el otro hay una preocupación real por los pueblos. Los viejos partidos del régimen (y su nueva muleta naranja) defienden lo primero, y se quiera aceptar o no, Unidos Podemos actúa por lo segundo.
Aquí no hay medias tintas: por un lado hay una hipocresía criminal que persigue la defensa a cualquier precio de los intereses de una minoría ultraprivilegiada, y por el otro hay una preocupación real por los pueblos. Los viejos partidos del régimen (y su nueva muleta naranja) defienden lo primero, y se quiera aceptar o no, Unidos Podemos actúa por lo segundo.
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