Luego, en 1934 hay una manifestación masiva de extrema derecha en París y el levantamiento de los mineros asturianos en España, reprimido por el Ejército. En 1935 comienza el rearme de Alemania. En España, la Guerra Civil se inicia en 1936. Ese mismo año, los trabajadores de EEUU y de Francia organizan tomas masivas de fábricas y Stalin comienza con su “gran purga”.
Es en este período cuando los años treinta adquieren su característica principal: la rendición de la democracia, la certeza de una guerra y la marcha hacia la muerte de millones de civiles.
En la actualidad, para nosotros, la diferencia más grande y positiva es que partimos de la base de una economía mundial globalizada. Nuestro punto de partida es un sistema económico cualitativamente más interdependiente, en el que ya se tiene pleno conocimiento de que la autarquía (incluso para los políticos a los que les gustaría probarla) sería un suicidio.
Este conocimiento fue el que obligó a las desorientadas élites a coordinar medidas de estímulo extraordinarias durante las reuniones del G20 de Londres (2009) y Cannes (2011) para prevenir una caída como la de 1930. Aquellos que deambulaban por estos encuentros (entre los que me incluyo) diciendo que las medidas no eran las adecuadas deberían admitir que, a pesar de la incompetencia, los gobiernos actuaron de buena fe. El sector de los poderosos rechazó economías “procíclicas”, como las que sumieron a EEUU en la Gran Depresión y a Alemania en el fascismo. En todos lados, salvo Europa (aunque también en Europa), el extremismo de derecha se ha podido mantener a raya por el momento.
Muy buen análisis!!!
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